La calesita argentina

Como un loop, la historia argentina de las últimas décadas parece repetir un camino circular que casi inevitablemente es transitado en una secuencia de esperanza, avance, retroceso, crisis y vuelta a empezar. Un Juego de la Oca que no entretiene y, en el mejor de los casos, solo genera preocupación, desazón y estrés aunque luego, recurrentemente, vuelva la ilusión. Un déjà vu que no reaviva recuerdos gratos sino pesadillas y alucinaciones, tanto en lo individual como, especialmente, en lo social. Un carrusel que no alegra las tardes del domingo sino que marea a toda una sociedad. En fin, un sino. El autor hurga en las profundidades de la filosofía y de la ciencia política para tratar de dar respuesta a esta realidad más allá del análisis coyuntural, a menudo atravesado por las novedades que no paran y las urgencias de la publicación. En esa búsqueda, recurre a los grandes pensadores del arte de la política, de quienes empezaron a reflexionar sobre ella, como Aristóteles, Heródoto o Platón, a quienes hicieron aportes fundamentales en la modernidad, como Maquiavelo; de los que sumaron nuevos elementos en el último siglo, como el caso de Norberto Bobbio, a nuestros propios teóricos, por ejemplo Guillermo O’Donnell.

Una lectura que empieza con las primeras nociones de democracia, incluso desde su etimología, y llega hasta las definiciones neoliberales de Mauricio Macri, en contraste con el discurso populista del kirchnerismo. El resultado de este análisis confirma, por si hiciera falta, que la democracia y las crisis no son un invento argentino, y al mismo tiempo que no es poco lo que le sumamos para que la calesita siga girando sin parar, a veces en total descontrol. Incluso hasta terminar chocada.

“Nicolás Tereschuk nos invita a reiterar el ejercicio que va más allá de pensar un tiempo cíclico. Se trata de la tarea de encontrar lo lineal en lo circular y lo circular en lo lineal. ¿Qué es lo que vuelve, lo que permanece, y cuánto es lo que verdaderamente cambia en la política argentina?”

Darío Sztajnszrajber