Pensar con la propia cabeza
Por Federico Bernal*
Una de las tantas consecuencias de la privatización y desnacionalización del sector energético e hidrocarburífero a partir de 1989 fue el divorcio entre planificación energética e interés nacional. Desde entonces, y en sinergia con la destrucción del aparato estatal, fue el mercado el que pasó a gestionar, planificar y controlar el sector. Es preciso dimensionar correctamente el papel de las energías renovables.
* Periodista científico.
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