Marx y la “cuestión de Oriente”
Por Jonathan Sperber*
Karl Marx no tenía ningún cariño por el zarismo ruso. Por eso, cuando estalló la Guerra de Crimea, se sintió fascinado por el conflicto, al que le dedicó buena cantidad de artículos periodísticos entre los años 1853 y 1858. Con una lectura muy particular del conflicto, que incluía una teoría conspirativa, analizó sus implicancias sobre las relaciones entre las grandes potencias y sobre la política interna británica.
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Historiador. Autor de Karl Marx, homme du XIXe siècle, Piranha, París, 2017, del que fue extraído este texto.
Traducción: Micaela Houston
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