Una generación bisagra
Por Oliver Bailly (enviado especial)*
En 1964 Bélgica y Marruecos firmaron un acuerdo bilateral que regulaba la llegada de trabajadores marroquíes al país europeo. Hoy en día los hijos de esos inmigrantes, de nacionalidad belga, sufren discriminaciones y una identidad partida entre dos naciones que los rechazan. Pero a pesar de las dificultades, la nueva generación de belgas-marroquíes ocupa un lugar importante en la sociedad.
* Periodista, Molenbeek-Saint-Jean (Bruselas).
Traducción: Carlos Zito
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