Un laboratorio desvitalizado
Por Jean-Michel Djian*
La prestigiosa Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, carente de peso político y financiero, y sin poder de coerción, es considerada por sus detractores un mero aparato burocrático. Pero tiene la ocasión para comenzar a recuperar autoridad.
* Periodista.
Traducción: Patricia Minarrieta
Accedé a todo el contenido por solo $3800 por mes.
Para acceder a este contenido debes tener una Suscripción Plus (edición mensual + archivo).Si aún no posees una, puedes adquirirla aquí.
Si ya tenés cuenta accedé aqui
Más notas de la edición Edición OCTUBRE 2005
Destacadas del archivo