Berlusconi
Por Ignacio Ramonet*
El actual Primer Ministro italiano no tuvo que recurrir a un golpe de Estado para instaurar un sistema que, desde el libertario premio Nobel de Literatura Darío Fo hasta el semanario económico conservador británico The Economist, evalúan como una nueva forma del fascismo y una amenaza al estado de derecho: le bastó con su combinación de poder económico y poder mediático, que le aseguró la anuencia de una sociedad harta de su ya desprestigiada dirigencia política. ¿Acaso este inquietante modelo encontrará émulos en Europa?
* Periodista, semiólogo, ex director de Le Monde diplomatique, edición española.
Traducción: Marta Vassallo
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