Uruguay vira a la izquierda
Por Luis Bilbao*
Hay un dejo de evocación, acaso de melancolía, en el sereno optimismo que trasuntan dirigentes y militantes del Frente Amplio (FA) pocas semanas después de su IV Congreso. Todo ha quedado adecuada y democráticamente resuelto para hacer del Encuentro Progresista -instancia de mayor amplitud, hegemonizada por el FA- una alternativa confiable de gobierno, a la cual los partidos tradicionales y los centros del poder mundial no puedan señalar como un camino hacia el descontrol y la anarquía. Hoy las encuestas dan al FA como seguro vencedor en las elecciones de 2004. Sólo un brusco cambio de la tendencia podría torcer este desenlace.
* Periodista. Director de América XXI.
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