Adam Przeworski: “La democracia en Estados Unidos ya está rota”
Adam Przeworski está preocupado. Lo inquieta que sean tan poco claras las reglas que determinen quién será el próximo presidente de Estados Unidos. Piensa que existen varios caminos por los cuales Donald Trump podría avanzar para generar algún tipo de sobresalto y no descarta una reacción social violenta frente a este escenario.
Przeworski, nacido hace 80 años en Varsovia, profesor de la Universidad de Nueva York y autor de varios libros sobre el funcionamiento de la democracia, entre ellos ¿Por qué tomarse la molestia de hacer elecciones? sostiene que, después de todo, “importa menos quién ganó o ganará las elecciones, que si los comicios todavía procesan de manera pacífica los conflictos en sociedades con profundas divisiones”.
Pero su preocupación no se reduce a la noche de la votación. “Tenemos que mirar más allá de las elecciones”, plantea uno de los principales politólogos de esta época. “La sociedad está profundamente polarizada y eso no va a cambiar con las elecciones”. Przeworski intenta también comprender las razones detrás del voto al presidente republicano. “Para muchas personas, Trump fue la última esperanza”.
¿Esta elección representa una amenaza para la democracia estadounidense?
La democracia en Estados Unidos ya está erosionada. La crisis democrática no depende de lo que pase después de las elecciones. El hecho de que no sepamos cómo va a definirse la elección, ni cuándo será definida, que la gente piense que existe lugar para la violencia, que los militares hayan declarado de manera oficial cuál será su potencial rol en estas elecciones (1), que los sindicatos policiales hayan expresado sus preferencias políticas (2), todo esto muestra que, de algún modo, la democracia en Estados Unidos ya está rota.
¿Hay algo del espíritu democrático-liberal de ese país que se perdió con esta elección?
Sí, esta sociedad está profundamente polarizada. No solo en temas como los impuestos o el aborto. Está polarizada en el sentido de que la gente ve a aquellos con los que disiente como enemigos. Trump se refiere a las personas que difieren de él como “enemigos del pueblo”, “traidores de la patria”. Eso es nuevo y no será resuelto cualquiera sea el resultado de la elección. Tenemos que mirar más allá de las elecciones.
Teniendo en cuenta estas divisiones sociales tan profundas que usted describe, ¿cree que las elecciones siguen siendo capaces de procesar de manera pacífica los conflictos del país?
En esta elección lo que está en juego es enorme. Pienso que una resolución pacífica del conflicto será muy difícil y que las elecciones no van a resolver esto.
¿Cree que Trump tiene algo más que perder además de la renovación de su mandato?
Sí, es mucho lo que está en juego para Trump en términos personales. Lo más probable es que haya cometido gran variedad de delitos, hay evidencia de que ha inflado falsamente el valor de sus cuentas pidiendo diversos tipos de préstamos y eso es un delito. No creo que el Partido Demócrata, con Biden, vaya a iniciar una investigación judicial, este tipo de delitos raramente son juzgados. No creo que exista un gran peligro ahí. Pero el hecho de que tenga inmensas deudas hace que sea posible que cuando deje de ser presidente enfrente la quiebra. Por eso, considero que es enorme lo que está en juego para Trump y eso me preocupa.
¿Qué cree que va a pasar después de esta noche?
Pienso que hay tres posibilidades. Una es que Trump gane, esto es improbable pero posible. Otra es que Joe Biden gane de manera clara, esto es que consiga por ejemplo Florida, una opción que tiene más chances que la anterior. Y también existe la posibilidad de que las cosas no sean claras la noche de la elección. En ese caso, me temo que el conflicto escale hasta llegar a las calles.
Usted menciona en uno de sus libros que Estados Unidos es el único país con un sistema en el que las elecciones presidenciales son indirectas. ¿Cuáles son sus principales críticas al actual sistema electoral?
Estados Unidos es el único sistema en el mundo en el cual las reglas para decidir quién es el ganador en una elección varían de una jurisdicción subnacional a la otra, cada Estado tiene sus reglas. Más aún, Estados Unidos es el único país que conozco con reglas tan poco claras. No hay reglas claras que determinen quién es el ganador. Después de la crisis de 1876 (3), el Congreso aprobó una ley que nadie puede terminar de entender qué es lo que dice. Las reglas son poco claras. El sistema funcionó hasta ahora por un cálculo estratégico de los perdedores. Incluso en el 2000, cuando la elección fue completamente confusa, Al Gore (candidato presidencial del Partido Demócrata) sostuvo que iba a reconocer su derrota (frente a George W. Bush) porque sino podría terminar en violencia. Entonces, existen normas informales que llevan a los perdedores a considerar una derrota. Descubrimos recién ahora que el sistema funciona por estas reglas informales más que por las reglas escritas.
¿Cuánto tiene de inédito este escenario que usted plantea?
Vengo estudiando hace muchos años cómo los conflictos pueden ser resueltos pacíficamente mediante elecciones. Mi gran hallazgo en 1997, con Fernando Limongi, fue que siempre existe una resolución pacífica del conflicto en países ricos con altos niveles de ingresos. Luego encontré que, cuando un conflicto puede ser resuelto pacíficamente mediante las elecciones unas cuatro o cinco veces de forma consecutiva, entonces es casi seguro que la próxima elección será pacífica. Tengo calculadas las probabilidades que existen de que un resultado electoral no sea reconocido en un país con un nivel de ingresos alto como Estados Unidos, y puedo decirte que la probabilidad es de una en 1,8 millones. Por lo tanto, un escenario donde el presidente no reconozca el resultado electoral sería totalmente inédito para Estados Unidos.
¿Cuáles cree que son las hendijas del sistema electoral que podrían ser utilizadas por Trump para generar algún tipo de sobresalto en estas elecciones?
Hay tres posibles situaciones que pueden ser utilizadas en ese sentido. Una es intentar que los demócratas no voten, por ejemplo, al reducir los centros de votación en áreas que concentran un alto porcentaje de población afroamericana. Otra es incidir en el conteo de votos, que depende de cada Estado, como en el caso de los votos por correo. Y en tercer lugar, un elemento riesgoso es que cada Estado es encargado de definir quiénes serán los delegados que conformen el Colegio Electoral. Todo esto es muy poco claro, la ley no dice de manera clara quién se encarga de esto, a veces es el gobernador, a veces la Corte (de cada Estado). Trump puede sorprendernos en cada uno de estos tres escenarios.
¿Cuál cree que será la reacción de un posible gobierno demócrata frente a aquellos que eligieron a Trump?
Si los demócratas ganan, creo que irán tan lejos como puedan en intentar consolar a los votantes de Trump. Pero no será fácil, porque el Partido Demócrata estará profundamente dividido. El Partido Demócrata es básicamente una colación anti-Trump, una coalición nada sencilla. Y habrá presiones dentro del partido para castigar a aquellos que hayan colaborado con Trump.
¿Puede sobrevivir el trumpismo más allá de Trump ante una eventual derrota del presidente?
No sé cómo podría sobrevivir. Antes de Trump, la extrema derecha estaba representada por el Tea Party. Los votantes de Trump no son todos lo mismo, existe una rama radical que debe ser un 20% de su electorado, pero después hay un 20 o 30% que son republicanos tradicionales para los cuales lo que hizo Trump fue nuevo y revolucionario. Pienso que una parte del Partido Republicano volverá a sus raíces. Y puede que se separe de ese oscurantismo provincial de los seguidores rurales y vuelva a ser ese tradicional partido de derecha.
¿Cuáles cree que son las principales razones detrás de aquellos que eligen a Trump?
Para muchas personas, Trump fue la última esperanza. Desde 1980 la gente vota, los gobernantes cambian y sus vidas continúan siendo miserables. Y creo que eso abre el lugar para soluciones mágicas. Creo que tanto Trump como Bolsonaro se presentan como aquellos que pueden dar soluciones mágicas y eso es lo que está detrás de muchos de los seguidores de Trump.
1. Chairman of Joint Chiefs says no role for military in presidential election https://www.nbcnews.com/politics/2020-election/chairman-joint-chiefs-says-no-role-military-presidential-election-n1238772
2. As police unions endorse Trump, some worry officers displaying bias could be intimidating at the polls, affect voting https://www.washingtonpost.com/national/election-police-officers-bias/2020/10/31/78eba664-1ae8-11eb-82db-60b15c874105_story.html
3. En 1876, republicanos y demócratas se proclamaron ganadores de las elecciones. Debido a que la Constitución no ofrecía una solución clara frente a este escenario, con un Congreso dividido entre una mayoría demócrata en la cámara de Representantes y otra republicana en el Senado, la situación escaló de tal manera que llevó al país al borde de una guerra civil.
* Politóloga y periodista.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur