Ofensiva fascista
Por Daniel Feierstein*
La crisis del coronavirus renovó recursos clásicos del fascismo: la convocatoria a proyectar el resentimiento y la frustración en grupos vulnerables y en conspiraciones de sujetos difusos. Para evitar que estas prácticas prosperen es necesario regenerar un sentido de comunidad que se traduzca en políticas concretas para los sectores afectados.
* Investigador del CONICET y profesor UNTREF/UBA.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
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