La suma de todos los equívocos
Por Sergio Cesarin*
El ascenso de China es resultado de un giro pragmático hacia el capitalismo y del reemplazo de la vieja utopía comunista por una nueva fe de Estado: el confucionismo. Por eso resulta absurdo concebir a China como un enemigo, como piensa Javier Milei, y es necesario establecer una relación diplomática inteligente.
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El imaginario fundacional de los gobernantes argentinos suele llevar a visiones erróneas del mundo, agravadas por la autopercepción sobre un poder cuasi ilimitado, capaz de rediseñar el tejido social y modificar el equilibrio de intereses. Rasgos de megalomanía que la realidad interna y externa desmiente una y otra vez. Un...
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