Un arte al servicio de la revolución
Por Evelyne Pieiller*
La fuerza insurreccional que vino de Rusia alcanzó a toda Europa e impregnó a las vanguardias artísticas. Ya no se trataba sólo de romper con los códigos del arte burgués, sino de poner la estética al servicio del compromiso revolucionario.
* De la redacción de Le Monde diplomatique, París.
Traducción: María Julia Zaparart
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