España, de nuevo al Sol

La rápida propagación y el apoyo masivo que despertó el movimiento de protesta iniciado el 15 de mayo en la Puerta del Sol de Madrid pueden asombrar, pero en rigor no dejan de ser una consecuencia lógica –e incluso tardía– de la situación económico-social en que se halla sumida España. Uno de cada dos jóvenes no encuentra trabajo; quien lo encuentra (sea o no joven) debe aceptar un salario a menudo miserable y condiciones de precariedad extrema, y cada vez más gente se ve privada de su vivienda por no poder pagar la hipoteca. Mientras los “indignados” protestan ante tanta iniquidad, el FMI y la patronal española exigen medidas de austeridad “más decididas”.