El retorno del gigante
Por Sebastián Etchemendy*
Como resultado del crecimiento económico y de la alianza con el gobierno kirchnerista, el sindicalismo peronista, al que muchos daban por muerto, resurgió. Y, al hacerlo, agitó un sentido común que, incluso desde el progresismo, tiende a caracterizarlo como unánimemente autoritario, poco representativo y patotero. Una mirada más atenta, sin embargo, permite distinguir las contradicciones de un modelo complejo, que garantiza a los trabajadores importantes beneficios, pero que al mismo tiempo se muestra renuente a la renovación y la democracia interna y es capaz de protagonizar episodios de corrupción y violencia.
* Profesor del Departamento de Ciencia Política, Universidad Torcuato Di Tella.
© Le Monde diplomatique, edición Cono Sur
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