Heridas de difícil cicatrización
Por Jérôme Tubiana*
El presidente sudanés Omar Al-Bachir, primer jefe de Estado en ejercicio que es objeto de una orden de arresto librada por la Corte Penal Internacional (CPI), fue reelecto el pasado 26 de abril. Si bien los fraudes fueron evidentes, Al-Bachir parece beneficiarse de una corriente de popularidad tanto en su país como en el continente africano. En realidad, la "comunidad internacional", la CPI y los actores locales juegan en Darfur una extraña partida de póker mentiroso, sobre un telón de fondo de reiterados crímenes contra la humanidad.
* Investigador independiente.
Traducción: Teresa Garufi
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