La madre de todas las mentiras
Por Jorge Magasich*
Para tratar de dar una cierta justificación moral al golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende, los servicios secretos de Pinochet y sus socios periodísticos urdieron un fantasioso y siniestro plan, atribuido al gobierno de la Unidad Popular, que contemplaba el asesinato masivo de militares y políticos de la oposición y sus familias. Una gigantesca impostura, pero ninguno de los gobiernos democráticos posteriores se atrevió a investigar en detalle las responsabilidades de quienes la pergeñaron.
* Historiador, profesor en el Institut des Hautes Etudes des Communications Sociales de Bruselas y autor del libro Los que dijeron “No”. Historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973, Editorial LOM, Santiago de Chile, 2008.
Traducción: Lucía Vera
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