Estalla el precio de los cereales

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que organiza una reunión especial en Roma, 37 países están amenazados por la crisis alimentaria. Las instancias internacionales esperan lo peor: multiplicación de revueltas (que ya dejaron varios muertos en el Sur) y penuria para millones de personas. Si se anunciaron socorros financieros, ¿la lógica de la globalización está adaptada al necesario cambio de rumbo económico? En la República Argentina, que obviamente comparte las generales de la ley de la oferta y la demanda, la crisis se expresa además de manera paradojal. Siendo un gran productor agropecuario, tanto sus particulares como el Estado y la economía en general se benefician de los altos precios internacionales, abriendo un horizonte muy promisorio para el país. Pero al mismo tiempo, la presión exportadora, el desmantelamiento de los mecanismos regulatorios operado desde 1975 y la ausencia de instituciones de Estado capaces de mediar entre el interés particular y el general provocan distorsiones inflacionarias y conflictos con el sector que podrían generar desabastecimiento de bienes de primera necesidad y, a término, graves conflictos políticos y sociales. La falta de un plan económico de desarrollo a largo plazo, consensuado con todos los sectores, es hoy el principal déficit del gobierno argentino (desde esta página a la 19).