Ciudad de Malos Aires

La descripción que sigue sobre el calamitoso estado de la ciudad de Buenos Aires no puede ser, tratándose de un tema tan vasto, más que una aproximación. Advirtamos de entrada, en buena ley, que sea cual fuere la opinión que se sustente sobre el actual gobierno, encabezado por el empresario Mauricio Macri, la decadencia de la capital argentina no puede achacársele: se ha hecho cargo hace poco más de dos meses. Los problemas que amenazan con colapsar la ciudad vienen en realidad de muy lejos. De delirantes y corruptas administraciones autoritarias; de ineficientes y corruptas administraciones democráticas; de un empresariado y un sindicalismo ineficiente y corrupto. En definitiva, de un estilo político mafioso y caníbal y de unos políticos de todas las tendencias que, con raras excepciones, han perdido toda noción de servicio, si es que alguna vez la han tenido. Un último y ejemplar botón de muestra de canibalismo político: sobre finales de febrero, el nuevo gobierno desalojó desalmada y arbitrariamente de un barrio elegante a un grupo de "cartoneros" obligados a acampar en el lugar por la brusca interrupción del servicio del "tren blanco" que día a día los devolvía a sus hogares junto con la mercadería penosamente recogida. La compañía privada de trenes, generosamente subsidiada por el gobierno nacional, había suspendido el servicio apenas la oposición se hizo cargo de la ciudad... Buenos Aires, el país entero, serán insolubles mientras las cosas sigan manejándose así. Carlos Gabetta