Cuando la sal pierde su sabor
Por Álvaro Ramis*
La Iglesia Católica chilena se ganó durante los años setenta y ochenta un merecido prestigio internacional por su defensa de los Derechos Humanos y por su decidido compromiso con la democracia y la justicia social. Esta actitud no fue una sorpresa en América Latina.
* Rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Traducción: Patricia Minarrieta
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