Polonia paranoica
Por Ignacio Ramonet*
A inicios de 2007, el arzobispo de Varsovia Stanislaw Wielgus renunció al descubrirse que había mantenido contactos con la policía secreta comunista. La opinión pública atribuyó esa dimisión al presidente polaco Lech Kaczynski, quien ha llamado a una "revolución moral", con el declarado proyecto de implantar en Polonia la estricta obediencia de "los valores familiares": oposición al aborto, la eutanasia y la homosexualidad, además de purgar la corrupción reinante durante la gestión socialdemócrata. Euroescéptico, pero apegado al atlantismo, escandaliza a Europa con su ley que obliga a cientos de miles de polacos a confesar sus pasados vínculos con los servicios secretos de la época comunista.
* Periodista, semiólogo, ex director de Le Monde diplomatique, edición española.
Traducción: Marta Vassallo
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