El traumatismo persistente de los árabes israelíes
Por Joseph Algazy*
Cuando el 4 de agosto pasado el desertor Eden Nathan Zada asesinó a cuatro árabes israelíes en Shfaram, el primer ministro israelí Ariel Sharon condenó "el acto vil de un terrorista judío sediento de sangre". Pero el Ministerio de Defensa señaló que a los ojos de la ley, Zada no era terrorista porque no pertenecía a una organización "hostil a Israel". Hasta en la muerte los palestinos de Israel son ciudadanos de segunda.
* Periodista, Tel Aviv.
Traducción: Gustavo Recalde
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