De la caminata a la revolución
Por Frank Michel*
Caminar está de moda. Mientras la ruta invita a competir, quienes circulan a pie prefieren los caminos de tierra secundarios, vectores de solidaridad. La caminata también puede ser política. Se marcha para manifestar. Caminar implica más seguir el paso de los otros que imponer su propio ritmo. Caminar libremente es redescubrirse a sí mismo.
* Antropólogo. Profesor de la Universidad de Córcega. Autor, entre otras obras, de Désirs d'ailleurs (PUL, Quebec, 2004) y de Planète Sexe (Homnisphères, París, 2006).
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