Una definición que marcará el futuro del país
Por Luis Bilbao*
Las relaciones argentinas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegaron a un non plus ultra. La altanería de los funcionarios internacionales, sin embargo, no refleja solidez sino debilidad e ignorancia de las relaciones de fuerza objetivas que se están creando a partir de la extensión y ahondamiento de la crisis. Para Argentina, como para toda América Latina y el Tercer Mundo, la continuidad de la sujeción a los dictados del FMI es incomparablemente más onerosa que los desafíos planteados por un proyecto independiente.
* Periodista. Director de América XXI.
Accedé a todo el contenido por solo $3800 por mes.
Para acceder a este contenido debes tener una Suscripción Plus (edición mensual + archivo).Si aún no posees una, puedes adquirirla aquí.
Si ya tenés cuenta accedé aqui
Más notas de la edición Edición OCTUBRE 2002
Destacadas del archivo